¿Que lo ves complicado?, ¿y qué?. Coge tus cosas, el bolso, el maquillaje, todas esas cosas ′tontas' que una mujer necesita, que son esenciales.Y sal, sal a la calle, pisando fuerte, que a cada paso que des, una persona se gire, se sientan admirados por tu belleza y tu sonrisa, que se sientan admirados porque te importe una 'mierda' lo que opinen los demás. Que si una persona hoy se va, mañana llegará otra, de eso tu no te preocupes. Solo quédate con los que están ahí en esos instantes, que esos por ahora no te han fallado, que el futuro puede ser muy jugador, y juega contigo, ¿y qué? no te quedes quieto, juega.
La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente. Puestos a escoger, a mi me gusta más la improbabilidad, que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza, a la épica. Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió. Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desbancando del número uno a Federer.Una periodista convertida en princesa. El 12-1 contra Malta. El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.